domingo, 19 de octubre de 2008

PEQUEÑAS HISTORIAS - CAPITULO 3


El sabor amargo de la discriminación
Despuntaste como el tercer brote de un árbol,generoso en su prole femenina y un solo brith milá,Shlomo, el séptimo, que joven aún, dejó un púlpito vacíoy la emoción de su voz vibrando en el fervor de las plegarias.El 6 de noviembre de l917 surgiste, luchadora desde las entrañas,anticipo histórico de la independencia de tu tierra,desgastada, dividida sin respeto por la primacía del poder de turno.La Chana polaca, la Jane judía, la Ana argentina, fueron,la unidad de combate por las causas justas llamada MAMA.Tu adolescencia no se inmutó ante la rudeza de los gendarmes.sorprendidos, tal vez, por tu discurso firme, encendido como tu cara,defendiendo ese patrimonio, la máquina de coser y partieron,prometiendo volver algún día.Pensar que, cada puntada de Ribe y Sure transformaban el terciopelo y el algodónen pan y papas...¡como permitir tal atropello al hambre familiar!!!Era necesario buscar otros horizontes.En Varsovia, a los 22 días de febrero de l938, con la firma del Consul General,el proyecto de avanzada se convirtió en estremecimiento total, sutilmente disimulado.La misión se iniciaba, camino a lo desconocido.El texto de rutina de un decreto pretérito, un sello, manos entrelazadas y gorro frigio,sol y laureles y el respaldo estampillado de cinco pesos oro,marcaron tu condición de inmigrante menor autorizada.Veintiséis de febrero de l938.La partida colmada de amor y bendiciones,
desbordando consejos dejó fija, sobre los rieles, hasta el puerto de Gdynia,el rostro y la dulce mirada de tu Papá, el zeide Moishe.Su barba sumó canas de ausencia y la locomotora tapó con su aullido de vaporla primera y la ultima despedida que el destino les marcó.La ventanilla del tren espejó tus lágrimas hasta el Bálticoy la cucheta ,en tercera clase, fue el espacio confidente que el Atlántico no calmó.La conciencia del desarraigo transformó tu paisaje interior.Como trémulos pájaros, el pasado anidó en el cálido lecho de la nostalgia,rostros, caricias, risas, semillas de girasol, chunt y jalá.,¿para que más?... si eso bastaba para ser feliz en familia.Partiste y llegó la guerra, maldita guerra que en cenizas todo lo dejó,el reencuentro, en la promisoria América, quedó trunco.Las frías aguas del Wrieprz y del Vistula se entibiaron con sangre,y Zamosc, en llamas, se convirtió en agobiadas caravanas huyendo del terror.El mundo y tu mundo giraron vertiginosamente.De la cultura judeo europea, gestada en un pueblo, sin anónimos,día a día te sorprendían costumbres, idiomas, colores.La magnitud de una geografía, antes, sólo plana y de cartulina,te fascinó en su imponente realidad.Sorprendida asististe en el puerto de Río de Janeiro,desde la cubierta del Almanzora, al pintoresco mercadeo de la miseria.Niños de tez morena ofrecían enganchar cestos con bananas,fruto suntuario para la mesa polaca, a pasajeros y tripulantes,esperando recibir la generosa perpendicularidad de unas monedas en sus pequeñosbotes.Pero, cuando la ley de gravedad los excedía, se lanzaban a las aguas,disputando con riesgo, el sustento del día.El Departamento de Higiene de Sanidad Marítima, de la República Argentina,observante metódico de posibles chinches y piojos viajeros,te dio, previa cautela, un bochorno de bienvenida el viernes l5 de marzo de l938.Y como premio al aseo, un tazón con líquido verde,que, siendo de origen desconocido, no bebiste.Mas tarde te enseñaron que a eso se lo llamaba "mate cocido".La Jupá unió dos soledades con un puente de idish y polonés.Con el primer nacimiento, "madre coraje", gringa con agallas,defendiste tus derechos y los del hijo custodiado en las vísceras.La obrera, especialidad bordadora, cumplimentó por si,la burocrática papelería en castellano, que, "el patrono", según texto de la época,no se avenía a considerar obligatoria,porque ya, aprovecharse de un extranjero era habitual.A empujones -actitud histórica -se hizo JUSTICIA.Los treinta días previos al parto sirvieron para acomodar con humildad la pompa del evento y el subsidio por maternidad -Ley 11.933 -convirtió,al organismo superior, el Ministerio de Interior,en el padrino de batitas, escarpines y ...un traje para Papá.¡Toda una conquista para el grupo familiar!!Nunca bajaste los brazos, protegernos fue siempre parte de tu existencia.Acoyte 1449, fue el conventillo de Villa Crespo, cuna de mi primera infancia.Allí resurgió la discriminación.Guardada entre los vahos del vino se desbordó con una "pelela" colmada de pis.Mezcla de amarillos y olores sui generis de la familia, oriunda de Entre Rios.Desde la escalera, camino obligado a su pieza-piso superior,volcaron sobre mi cabeza, el polidesecho de sus riñones,saturados de ignorancia y odio.En la Seccional Nº 27 desarrollaste tu idoneidad jurídica sobre derechos humanos,derechos del niño y discriminación, fundamentando los acontecimientos previos y elrepugnante final con racionalidad y amor,una fórmula difícil de equilibrar frente al agravio.Volviste acompañada por un oficial de policía, quien, dispuso el traslado del ideólogomayor de edad, conminándolo a que buscara otro domicilio para evitar males mayores.MORALEJA: LUEGO, YA CALMADOS HABIENDO ACTUADO LA JUSTICIA, EL DOLOR BUSCOREFUGIO EN EL HUMOR, MIS POBRES MOÑOS VOLADORES LUCIAN CHATOS, TRISTESEMPAPADOS POR PISH...SH...SH... SH...MAMÁ, LA VIDA TE PUSO A PRUEBA MUCHAS VECES Y EL DIA DE TU PARTIDA, CONCLARIDAD TOTAL TE DESPEDISTE, EXPIRANDO LA AGONIA DEL SUFRIMIENTO, LAULTIMA BATALLA, CON LA DIGNIDAD DE UN SABIO MURMULLO:"HIJA, MIRA A TU MADRE, ES LA ULTIMA VEZ..."
CEGADA, NO COMPRENDI Y QUISE RETENERTE,COMPRENDI Y LLENA DE LUZ ESTAS JUNTO A MI.Gracias Mamá

Lidia Pantychowski Lerner de Pisochin

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